La manera de integrar la reutilización en la planificación hidrológica ha ido evolucionando en estos últimos años, pasando de ser un recurso para satisfacer demandas, muchas veces de manera estacional, a una herramienta de eficiencia en la gestión de los recursos hídricos a largo plazo. Este nuevo enfoque, contemplado actualmente en los PHC, permite ampliar la aplicabilidad de esta práctica, no centrándose exclusivamente en zonas con déficit hídrico.

Para entender este cambio, hay que fijarse en cómo la Comisión Europea ha ido introduciendo la reutilización en sus diferentes documentos. Inicialmente, este nuevo recurso se nombra en publicaciones referidas a los problemas de escasez de agua y eficiencia en el uso, dentro de una situación de cambio climático y sequía. En la Directiva 91/271 sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, solamente menciona que se reutilizará cuando proceda. Con la Directiva Marco del Agua (DMA), la reutilización se plantea como una posible medida de protección de los recursos hídricos, y últimamente, con el Comunicado sobre la Economía Circular, la reutilización se convierte en un objetivo, una prioridad frente al uso de otras fuentes, lo que implica potenciar la reutilización de manera generalizada, independientemente de la cantidad de recurso disponible.

Por el momento, la UE no ha publicado ninguna legislacióncomún a este respecto, aunque la Comisión está trabajando en unos requerimientos mínimos para riego agrícola y recarga de acuíferos

Esta última concepción de la reutilización sin duda va a afectar a todos los Estados Miembros, pero especialmente aquellos a orillas del Mediterráneo, que en mayor o menor medida, ya están reutilizando, y cuentan con una normativa de calidades en función del uso, en algunos casos ya difíciles de cumplir, y de unos determinados mecanismos de planificación.

Por el momento, la UE no ha publicado ninguna legislación común a este respecto, aunque la Comisión está trabajando en unos requerimientos mínimos para riego agrícola y recarga de acuíferos que pueden hacerse de obligado cumplimiento en los próximos años.

¿Cómo nos afecta a nosotros este nuevo reto? Pues la verdad es que España, a diferencia de otros países de la Unión, tiene mucho hecho. La reutilización para optimizar la gestión, más allá de los recursos adicionales que pueda generar en algunas circunstancias, está completamente asumida. Se ha invertido en infraestructuras y tratamientos de regeneración de tal manera que prácticamente todas las EDARs que reutilizan cuentan con un tratamiento que cumple con el RD1620/2007, generalmente físico-químicos, filtraciones y desinfección, siendo el tratamiento mediante membranas el que más auge ha tenido en los últimos años. Además, cuencas como la del Segura, el Júcar o los archipiélagos canario y balear tienen una amplia experiencia en incorporar agua regenerada a su cómputo de recursos en función de sus necesidades. 

Nuestro marco normativo para la reutilización, aun teniendo opciones de mejora, es bastante garantista, lo que significa que los requerimientos mínimos que vengan desde la UE no nos deberían afectar de una forma significativa. Sin embargo, hay ciertos temas vinculados a los programas para el cumplimiento de la DMA, como son sustancias prioritarias y emergentes, que pueden ser objeto de regulación dentro de la reutilización a nivel europeo, lo cual, a mi entender, comprometería el desarrollo de esta práctica, no teniendo además, en estos momentos, suficiente conocimiento para establecer límites a este respecto y no siendo el ámbito donde se deberían regular.

La regulación de la reutilización dentro de la PHC a nivel europeo abre una nueva perspectiva, que a mi parecer, es más beneficiosa que perjudicial para un país como el nuestro, dando garantías a lo que ya sabemos hacer.